RESUMEN
Se
presenta el caso clínico de una mujer de 17 años de edad, cursando un embarazo
de 33 semanas, que ingresa al hospital por trabajo de parto prematuro. Se
descartó infección de la unidad feto-placentaria y materna. Se manejó mediante
inhibición del trabajo de parto con fenoterol e inducción de madurez pulmonar
con corticoides. Evolucionó satisfactoriamente. En el puerperio inmediato, la
madre presenta cuadro de insuficiencia respiratoria aguda, por lo que debe ser
trasladada a Unidad de Cuidados Intensivosdonde es estabilizada inicialmente
con oxígeno 100% por mascarilla de recirculación, diuréticos e infusión
continua de nitroglicerina. Se realizó angiografía pulmonar por tomografía
axial computarizada, que evidenció la presencia de imágenes compatibles con
embolia por líquido amniótico. El diagnóstico se planteó una vez excluidos
sistemáticamente los diagnósticos de edema pulmonar agudo cardiogénico, tromboembolismo
pulmonar, aspiración bronquial y neumonía. La paciente evolucionó
satisfactoriamente, disminuyendo paulatinamente sus requerimientos de oxígeno,
siendo dada de alta días más tarde, asintomática.
Palabras
Claves: Embolía por líquido amniótico, insuficiencia respiratoria
aguda
INTRODUCCIÓN
La
insuficiencia respiratoria aguda (IRA) en el puerperio inmediato abre un
espectro de posibilidades diagnósticas. La embolía por líquido amniótico (ELA)
es una patología poco frecuente, pero que requiere alta sospecha para su
diagnóstico, dada la rapidez y severidad de su curso clínico.
La ELA es
un cuadro que fue descrito inicialmente por Meyer en 1927. Sin embargo, su
importancia clínica no es reconocida sino años más tarde, cuando Steiner y Lushbaugh
describen casos de muerte obstétrica inesperada y revisan los hallazgos
clínicos e histopatológicos.
Dada su
forma de presentación variable y número no definido de episodios subclínicos o
no fatales, la incidencia real es desconocida, con un rango que en diferentes reportes
va desde 1:8.000 a 1:80.000 embarazos1,2.
La ELA no
tiene un patrón único de presentación, sino que abarca una gama de
manifestaciones clínicas que van desde casos subclínicos hasta otros
rápidamente fatales, cuya fisiopatología es la misma, pero manifestándose en
diferentes grados de intensidad.
Presentamos
a continuación un caso clínico, manejado en nuestra unidad, cuyas
características clínicas, radiológicas y de laboratorio, son compatibles con el
diagnóstico de ELA.
CASO
CLÍNICO
Paciente
de 17 años, sexo femenino, nulípara, sin antecedentes mórbidos, cursando
embarazo fisiológico de 33±3 semanas. Ingresa al hospital con trabajo de parto
prematuro, detectándose retardo de crecimiento intrauterino severo por
ecografía. Sus exámenes de laboratorio (Tabla1), descartan infección materna y/o
de la unidad fetoplacentaria. Se decidió frenación del trabajo de
parto,iniciándose fenoterol a 2 μg/min e inducción de madurez pulmonar fetal
con betametasona 12 mg por vía intramuscular por dos dosis. Evoluciona afebril
y asintomática, con buena respuesta a la frenación. A las 48 hrs, se permite la
evolución espontánea del trabajo de parto. Recibió oxitocina 2-18 mU/min en
infusión continua y anestesia peridural. Horas más tarde, se produce parto vaginal,
sin incidentes, producto de sexo masculino (1620 gr y 40 cm) en puntaje de Apgar
8-9. En el post-parto inmediato, la paciente presenta dificultad respiratoria súbita,
con tos y expectoración mucosa, taquipnea y cianosis, saturando por
pulsioximetría75-80% con oxígeno ambiental; taquicardia hasta 130x’ y una
presión arterial de 150/100 mmHg, siendo trasladada a la Unidad de Cuidados
Intensivos (UCI).
Al
ingreso, destaca paciente bien hidratada y perfundida, afebril (36,4°C), taquicárdica
(116x’) y taquipneica(30x’), sin uso de musculatura accesoria, yugulares no ingurgitadas.
La pulsioximetría mostraba una saturación de 97% con oxígeno al 100%. En el
examen pulmonar, el murmullo estaba conservado, aunque disminuido hacia las
bases, con crépitos difusos en los 2/3 inferiores de ambos campos pulmonares y
roncus aislados. El resto del examen físico, sin otros hallazgos de significado
patológico. La radiografía de tórax, muestra una silueta cardíaca de tamaño y
forma conservada, pulmones con relleno alveolar bibasal, hilios prominentes y
atelectasia subsegmentariaderecha (Figura 1). En el electrocardiograma se
aprecia un ritmosinusal de base, sin signos de sobrecarga ventricular derecha
ni izquierda, así como tampoco arritmias. Se realiza una angiografía pulmonar
por tomografía axial computarizada (AngioTAC), que resulta negativa para
tromboembolismo pulmonar (TEP) y muestra una morfología cardiaca normal. En la
TAC de tórax se evidencian múltiples imágenes de relleno alveolar confluentes a
nivel de los segmentos posteriores de ambos lóbulos inferiores, no sugerentes
de proceso neumónico, y presencia de líneas septales difusas, hallazgos
compatibles con el diagnóstico de ELA (Figura 2).
TABLA
1. EXÁMENES DE INGRESO Y DURANTE LA EVOLUCIÓN DE PARÁMETROS INFECCIOSOS
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Día 1
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Día 3
|
Día 5
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Hemograma
Rto G. Blancos
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12100
71% neutrófilos
0% baciliformes
|
18400
76% neutrófilos
0% baciliformes
|
13200
66% neutrófilos
0% baciliformes
|
PCR
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2,0
|
1,5
|
8,2
|
La
paciente evoluciona en forma favorable disminuyendo progresivamente sus
requerimientos de oxígeno y con mejoría significativa de su signología
pulmonar, permaneciendo siempre afebril (Tabla 2).
Figura 1.
Radiografía portátil de tórax: Opacidades reticulo-nodulares, parcialmente
confluentes en tercio inferior de ambos pulmones. Silueta cardio-mediastínica
normal.
Figura 2.
Tomografía axial computarizada de tórax inicial (corte basal): Densa
condensación bilateral posterior, simétrica, asociada a escasas líneas
septales. No hay derrame pleural.
TABLA 2. EVOLUCIÓN DE GSA Y PRUEBAS DE
COAGULACIÓN DE PACIENTE
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Día 5
|
Día 3
|
Día 5
|
Pa/FiO2
Sat O2
PaCO2
pH
Plaquetas
TP/INR
TTPK
31,5'’ 34,1'’
|
170
85%
35,1
7,39
245000
138%/0,9
31,5'’
|
237
97%
33,0
7,49
-
131%/0,9
34,1'’
|
493
98%
35,8
7,47
237000
125%/0,9
35,8'’
|
A las 48
horas, se realiza TAC de tórax, que muestra disminución significativa de los hallazgos
anteriores (Figura 3). Es dada de alta dos días más tarde, sin sintomatología evidente.
Un año y medio después del alta hospitalaria, se encuentra realizando una vida
normal, sin ninguna secuela funcional.
DISCUSIÓN
La ELA
sintomática está asociada a una alta mortalidad, aproximadamente 61-86%, dependiendo
de la serie2,3. Todas las muertes ocurren en las primeras horas que siguen al
colapso cardiovascular y dentro de las sobrevivientes, se describe sólo 15% de
indemnidad neurológica2,4. Reportes más recientes, comunican menores tasas de
mortalidad (16-30%)5. Los dos factores de riesgo más importantes son edad avanzada
y multiparidad, que están presentes en el 88% de los casos. Otros factores de
riesgo también han sido asociados a la génesis de la ELA, aunque en forma menos
convincente como: amniotomía, cesárea, inductores del parto, presencia de meconio
en el líquido amniótico (LA), parto laborioso o muerte fetal.
El cuadro
clínico característico de shock, IRA y convulsiones, no siempre se presenta
completo7,8. Así, 51% de las pacientes se presenta con falla respiratoria aguda
secundaria a un síndrome de distrésrespiratorio agudo (SDRA), el 27% con
hipotensión severa, 12% con coagulopatía clínica (si bien 83% tiene alteraciones
de laboratorio) y 10% con un síndrome convulsivo. Se ha descrito hipertensión pulmonar
aguda, cuya causa sería la obstrucción crítica de vasos pulmonares con material
embólico o vasoespasmo pulmonar secundario al material fetal.
Los casos
severos se manifiestan con hipotensión súbita y profunda, seguida de colapso
cardiovascular asociado a disfunción ventricular izquierda grave, y generalmente
muerte.
En nuestra
paciente, la manifestación clínica inicial fue una IRA asociada a infiltrados
pulmonares bilaterales en la radiografía de tórax, lo que es compatible con un
SDRA, descrito ya como forma de presentación para este cuadro. No presentó
shock, compromiso neurológico ni alteraciones de la coagulación (Tabla 2),
sugiriendo una forma de presentación menos severa de su cuadro clínico, si bien
no hay una clasificación consensuada al respecto.
El líquido
amniótico (LA) no entra normalmente en contacto con la circulación materna,
debiendo generarse ruptura de membranas y una gradiente de presión que favorezca
el paso de LA desde el útero a la circulación materna.
Esta
situación podría estar favorecida, teóricamente, por un trabajo de parto
prolongado o el uso de inductores del parto, como oxitocina. Ambas condiciones que
estuvieron presentes durante la evolución de nuestra paciente.
En
experimentos animales, se ha encontrado aumento de la presión pulmonar y resistencia
vascular sistémica, luego de la inyección de LA autólogo. Estos incrementos se
notan a los 10 minutos de la inyección y desaparecen aproximadamente a los 30
minutos, lo que sugiere la presencia de un vasoconstrictor potente en el LA,
que apoya una causa humoral más que obstructiva mecánica para el cuadro, siendo
la sustancia en cuestión la endotelina.
Reportes
en humanos, han documentado HTA inicial y transitoria en pacientes en las que
se dispone de registros tempranos de presión arterial.
En algunos
estudios se ha usado la obtención de una muestra de sangre pulmonar por un catéter
venoso central o de arteria pulmonar, la cual es analizada por citología,
considerándose positivo el diagnóstico cuando muestra células escamosas
abundantes, cuyo origen seríaamniótico. No consideramos realizar este tipo de
estudioen nuestra paciente, dado que su evolución clínica no hizo necesaria la
instalación de una vía central y debido a que este examen no está validado como
un elemento de diagnóstico definitivo.
Otros
estudios han mostrado presencia de células escamosas en el plasma de mujeres no
embarazadas, por lo que su hallazgo podría corresponder a contaminación, de no
encontrarse en la muestra otros elementos que apoyen el diagnóstico de ELA,
como una capa leucocitaria sobre estas células que dé cuenta de una reacción materna
a cuerpo extraño o la presencia de mucina.
Algunos
investigadores, han sugerido que el cuadro corresponde a una reacción
anafilactoídea, reportándose casos en los que se encontraron niveles elevados
de triptasa materna (liberada en la degranulación de mastocitos).
Reportes más
recientes no han corroborado estos hallazgos. Una serie de casos de ELA
encontró niveles de triptasa normales con bajos niveles de complemento.
Lamentablemente,
no fue posible hacer estas mediciones en nuestra paciente.
Existen
estudios que apoyan el uso de niveles de antígeno sialylTnen plasma
materno para el diagnóstico de ELA2. La sialylTnes una glicoproteína
mucinosa que se encuentra presente en el plasma de mujeres embarazadas, cuyos
niveles se ha visto aumentan en cuadros clínicos compatibles con ELA y no ante
otras complicaciones médicas u obstétricas. Sin embargo, esta es una técnica
que aún se encuentra en desarrollo.
Así, el
diagnóstico de ELA continúa siendo de exclusión; no existe un diagrama de flujo
establecido paraconfirmar la presencia de émbolos de LA, cuya presencia por lo
demás, no sería necesaria según la teoría humoral de su génesis. En nuestra
paciente descartamos la presencia de otras causas que pudieran explicar el cuadro
clínico como: TEP, shock séptico, infarto agudodel miocardio, cardiomiopatía, anafilaxia,
aspiración y eclampsia.
No existe
tratamiento específico para esta condición, por lo tanto su manejo es de
soporte de las disfunciones orgánicas de acuerdo a la intensidad del desorden.
Se ha sugerido en forma anecdótica el uso de corticoides sistémicos.
Recientemente,
se publicó el empleo de hemofiltración continua en un caso severo de ELA.
Nuestra
paciente respondió bien a las medidas implementadas y se estabilizó rápidamente,
sin requerir soporte ventilatorio invasivo ni el empleo de drogas vasoactivas.
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